miércoles, 27 de abril de 2011

VIGENCIA DE LOS PRINCIPIOS DEL MANIFIESTO COMUNISTA

Ponencia al II Seminario Internacional. Quito, Ecuador
Tema: Vigencia del Manifiesto Comunista
Fines de julio de l998



La proclamación del Manifiesto de los comunistas de diferentes nacionalidades europeas, en febrero de l,848, respondía a la necesidad de la elaboración de un programa, a la vez teórico y práctico  que afirmara, representando los intereses y los objetivos del proletariado, la " desaparición próxima e inevitable de la moderna propiedad burguesa" (l).

Si la lucha de los comunistas se centraba entonces en Europa se debía al surgimiento del capitalismo y la clase obrera en ese continente. Entonces el eje de la política internacional fue Europa, situación que  cambió después de la II Guerra Mundial. Del eurocentrismo se pasó  a la bipolaridad, y, con la derrota de la exURSS se ha ingresado al dominio "unipolar" de Estados Unidos como única potencia capaz de imponer su voluntad al mundo. Desde luego que esto es transitorio; todo indica que se avanza  a la "multipolaridad" y al desarrollo de mayores contradicciones interimperialistas, y entre el capitalismo, aparentemente victorioso, y el socialismo que se recuperará para alzarse de las cenizas como el Ave Fénix.

Quien mire en la profundidad de la historia y no se deje deslumbrar por los hechos transitorios, se dará cuenta fácilmente que las grandes líneas trazadas en el Manifiesto Comunista, permanecen vigentes. El capitalismo no ha podido menos que seguir un camino tortuoso hasta llegar a su fase dominante de hoy, pero no ha resuelto las grandes contradicciones que afectan a la humanidad con la amenaza incluso a su propia sobrevivencia. El capitalismo de libre concurrencia ha desembocado en un mundo dominado por gigantescos monopolios de alcance planetario, cuyo poder e influencia sobrepasa el de naciones enteras. Con ello ha polarizado aún más la sociedad y  concentrado la producción y la riqueza, de modo tal que no sólo ha intensificado la explotación, sino que avanza incontrolablemente a la marginación y a la exclusión, a la eliminación de excedente humano.

Hoy podemos repetir, sin cambiar una coma, palabras memorables del Manifiesto: la "sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir como por encanto tan potentes medios de producción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros…la historia de la industria y el comercio no es más que la historia de la rebelión de las fuerzas productivas modernas contra las actuales relaciones de producción, contra las relaciones de propiedad que condicionan la existencia de la burguesía y su dominación".

 Las inmensas posibilidades creadas por la ciencia y la tecnología actuales, en lugar de satisfacer las necesidades humanas se han convertido en instrumentos para la acumulación de riqueza en pocas manos, a expensas del trabajador que termina excluido de la producción de por vida. No lo necesita el capital ni siquiera para explotarlo. Esta contradicción en lugar de atenuarse se ha incrementado. La razón última es que "las relaciones burguesas resultan demasiado estrechas para contener las riquezas creadas en su seno". Las gigantescas transformaciones que vienen con la tercera revolución científica y tecnológica maduran  las condiciones para la socialización de la producción, por lo tanto para la realización del socialismo como sistema económico y social capaz de organizar la sociedad de manera racional, con el ser humano como centro en lugar de la máxima tasa de ganancia y el individualismo.

La crisis del sudeste asiático y de Japón no son hechos aislados o fortuitos; sino inevitables. La feroz guerra comercial a la que asistimos, no se detendrá. La disputa por mercados y zonas de influencia apenas comienza en esta nueva ronda de la "globalización". Las fusiones gigantescas que se observan todos los días, junto a los enormes movimientos financieros y especulativos que a estas alturas resultan ya incontrolables, son apenas avances de un futuro próximo cargado de tensiones, conflictos y probablemente guerras. La conformación de grandes bloques económicos, la configuración de un sistema jurídico supranacional hegemonizado por las potencias imperialistas, las intervenciones militares justificadas con la supuesta "seguridad" nacional de las mismas, muestran no un mundo estable, de paz,  sino más bien caótico, donde pocos dominan e imponen sus reglas, y muchos son condenados  a la exclusión, el atraso, la pobreza.

El capitalismo no ha sido capaz de resolver las grandes contradicciones puestas de manifiesto por Marx y Engels. La razón de ello estriba en su naturaleza expoliadora, injusta e irracional. En este contexto, teorías esotéricas como aquella que declaraba el "fin de la historia y de las ideologías", no pasan de ser productos trasnochados en cuyo trasfondo se ocultan los signos de decadencia de una sociedad que ha perdido el sentido de la historia y que, sin embargo, desearía verse perpetuada. El capitalismo de hoy no es el que conocieron los autores del Manifiesto Comunista, pero las leyes básicas que ellos pusieron en negro sobre blanco son las mismas. Así se explica la perennidad de sus juicios mientras sus causas no sean resueltas. Y esta tarea ingente le corresponde cumplir al proletariado, a los trabajadores, organizados en partido político.

LA VIGENCIA DEL SOCIALISMO

La Revolución de Octubre está en la línea del Manifiesto Comunista. Es la continuación, y, al mismo tiempo su confirmación práctica. Desde entonces, ninguna lucha anticapitalista, democrática y de liberación nacional, es ajena a su influjo.

Es verdad que la materialización del programa socialista que la Revolución de Octubre colocó en el primer plano de la lucha de clases, se ha detenido y ha sufrido una derrota temporal. Esto ha inflado la arrogancia del imperialismo cuyos ideólogos se han apresurado a proclamar la falencia del socialismo y la perpetuidad del capitalismo. Confunden sus deseos con la realidad profunda que el Manifiesto Comunista reveló con fuerza devastadora.

Los reveses y retrocesos que ha sufrido el socialismo sólo confirman la complejidad de la tarea, pero de ninguna manera pone en cuestión sus fundamentos y su necesidad histórica. El socialismo, que se apoya en la ciencia, está en condiciones de salir adelante, de renovarse y de asumir un papel relevante en el futuro de la humanidad. Es inevitable que esto sea así. Las próximas décadas mostrarán que los fracasos recientes no son si no hechos temporales que no ponen en cuestión su validez, pero sí un modelo y una determinada concepción burocrática, centralista y autoritaria que se instaló separándose de los postulados sobre los cuales volvieron una y otra vez los fundadores y continuadores  del socialismo científico.

UBICACIÓN HISTORICA DEL MANIFIESTO COMUNISTA

A 150 años de publicado el Manifiesto Comunista sigue siendo discutido y temido. Cuando se elaboró se propuso como tarea proclamar la "desaparición próxima e inevitable de  la "propiedad burguesa" (Federico Engels , l882). Pero ya ese mismo año sus autores, al examinar la realidad rusa, dejaron sentado la necesidad de considerar las particularidades de su evolución económica y de su revolución condicionada por aquella. No se encuentra en el Manifiesto Comunista ningún asomo de dogmatismo, o la creencia de que las revoluciones debían seguir un mismo recetario. Una cosa son las leyes objetivas, otra los procesos concretos que debían seguir.

En general, al elaborar la teoría y el programa tenían claro que para educar a la clase obrera a fin de que estuviera en condiciones de cumplir su misión  histórica debía estar capacitada para acabar con la prehistoria de la humanidad", correspondiendo a los comunistas cumplir esta tarea y junto con los trabajadores realizar la misión.

La historia no se detiene. No obstante el lapso transcurrido desde entonces la revolución social sigue siendo la gran tarea a resolver para la mayoría de los pueblos, Las contradicciones fundamentales se mantienen y las crisis en el sistema capitalista no pueden ser eliminadas. Depende de la organización del proletariado, organizado en partido político, poder pasar de la condición de oprimido a conductores del proceso revolucionario, aprovechando inteligentemente las condiciones de crisis política y situaciones revolucionarias que no dejarán de presentarse. Pero es evidente que el rol educador y organizador del Manifiesto Comunista está vigente.

Es cierto que el programa contenido en el Manifiesto Comunista ha variado, incluso no hay un programa común, pero su espíritu se mantiene vivo y fresco. Por lo demás, en el mismo Manifiesto Comunista se señalan pautas, diferenciando los países de cuerdo a su desarrollo y condiciones concretas. Es normal que si cambian las condiciones el programa varía. Los mismos autores  dijeron en 1872 que la aplicación práctica de los principios dependerá siempre y en todas partes de las condiciones específicas. A 25 años de su publicación insistieron en que las circunstancias históricas existentes se habían modificado pero que los principios seguían, en su conjunto, enteramente acertados.

EL MANIFIESTO COMUNISTA COMO RESPUESTA HISTORICA AL DESARROLLO DE LA CIENCIA.

El Manifiesto Comunista es el resultado de la fusión de la comprensión del desarrollo científico, elevado a teoría, con el desarrollo del movimiento obrero.

En el siglo pasado los logros científicos alcanzados admiten que los conocimientos son un reflejo en la mente de la realidad objetiva; se supera la filosofía idealista para darle una fundamentación  materialista dialéctica. Sin estos logros, dice Engels, no se podría soportar "el empuje de las ideas burguesas". Más adelante Lenin señala  que cada descubrimiento científico obliga al materialismo a cambiar de forma.

Un problema de esa época, vigente en muchos sentidos, es el acaparamiento de la ciencia por la burguesía o las "capas medias". Pero el desarrollo violento de la lucha de clases hace que "así como la nobleza se pasó a la burguesía…un sector de los ideólogos burgueses que se han elevado teóricamente hasta la comprensión del conjunto del movimiento histórico…reniegue de su clase y se adhiera a la clase revolucionaria".

Sólo con la corriente ideológica encabezada por Marx y Engels se puede llegar a conocer la esencia del capitalismo y su carácter de clase, desarrollando un nuevo campo científico a nivel de la realidad social, entendido en su proceso histórico. Este es el fundamento de la crítica de la Literatura Socialista que, aún siendo incompleta, a decir de Engels, no deja de ser exacta en sus trazos generales (l,888). Podemos decir hoy que si en esa época no se modificó, aún sigue siendo válido en el sentido de la necesidad de someter a crítica todo intento tergiversador de la doctrina socialista.

Si consideramos el enorme desarrollo de la ciencia y tecnología actuales como un elemento fundamental del desarrollo de las fuerzas productivas, encontraremos que el análisis que hace Engels en l848 no ha variado. Esto es la constatación de la contradicción entre la producción social y la apropiación privada capitalista de los medios de producción, la anarquía de la producción social a que conduce, la mayor socialización de la producción: "cuando ya no bastan las sociedades anónimas, los grandes productores nacionales de una rama industrial se unen para formar un TRUST, un consorcio, con el fin de regular la producción (Engels).

Lo que se observa hoy, en una dimensión enormemente  mayor, no es otra cosa que la continuación de ese proceso. En esta constatación se asienta la vigencia del marxismo, independientemente de los cambios a que conduce la llamada "tercera revolución industrial". El proceso de socialización más concentrado conlleva una competencia a un nivel cada vez mayor, tal como fue analizado por Engels en l890 y por Lenin en su obra "El imperialismo fase superior del capitalismo". Este procedimiento sólo se detendrá con la socialización de los medios de producción.

LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL CAPITAL

El proceso que acabamos de esbozar es precisado en el Manifiesto Comunista: el surgimiento y desarrollo de la "gran industria moderna" crea el mercado mundial y éste, a su vez, influye en el auge de la industria. "Mediante la explotación del mercado mundial la burguesía dio un carácter cosmopolita a la producción, al consumo en todos los países". No sólo se subordina al país en lo interno sino también a los campesinos. La consecuencia es la centralización política, el estado nacional.

Si esta tendencia es producto de la concentración del capital tenemos los elementos para el desarrollo de la teoría del imperialismo y para la explicación del proceso actual de internacionalización del capital y la llamada "mundialización" o "globalización" (ver ponencia " Una mirada al mundo de hoy".

Es en esta cuestión donde mantiene plena vigencia el Manifiesto Comunista que explica la necesidad que tiene la burguesía de transformar incesantemente los instrumentos de producción. "La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales. La conservación del antiguo modo de producción era, por el contrario, la primera condición de existencia de todas las clases industriales precedentes".

Es vigente la explicación que dio Engels en l878: "Con la fuerza propulsora de la anarquía social la burguesía convierte la capacidad infinita de perfeccionamiento de las máquinas en un precepto imperativo que obliga a todo capitalista industrial a perfeccionar más y más su maquinaria, so pena de perecer"( Anti- Duhring ).

La internacionalización o mundialización actual no es otra cosa que el desarrollo de esta ley. Es un proceso que se inició con la misma consolidación del capitalismo, lo que permitió su desarrollo, mejorando en este siglo las condiciones de vida de los obreros en las sedes o "centros. La extracción de plusvalía en los obreros de los países atrasados no sólo consentirá lo señalado sino también la mayor acumulación en beneficio de los grandes capitalistas que no cesan en la concentración de riqueza, sobrepasando incluso la de países enteros.

Ahora que se ha desarrollado la informática y la robótica, podrán los capitalistas garantizar la distribución de la riqueza? No. Los productores son consumidores y sin ingresos no podrán consumir para continuar enriqueciendo al capitalista. Por eso es que se limita el mayor aumento de la producción, se desarrollan más los servicios, se alimenta el armamentismo, la conquista del espacio, etc.

Si esto es así cómo negar validez a la precisión que hace Marx: La ley que mantiene siempre la sobrepoblación relativa, ejército industrial de reserva,  en equilibrio, con el volumen y la intensidad de la acumulación, tiene al obrero encadenado al capital determinando una acumulación de miseria equivalente a la acumulación de riqueza".

Los cambios en la burguesía financiara sí merecen un estudio especial, pero no producen riqueza.

RESPUESTA DEL PROLETARIADO A LA CENTRALIZACIÓN POLÍTICA

La creación del Estado Nacional junto al dominio internacional del capitalismo dieron el fundamento al desarrollo de la lucha del proletariado a una forma nacional. La lucha de clases asume preponderantemente un contenido político.

Este hecho es internacional y sólo el derrocamiento de la burguesía puede garantizar una vida digna con justicia social a la población. Pero Marx y Engels se cuidaron de señalar que, si bien es cierto el contenido de la lucha es internacional, por su forma sigue siendo una lucha nacional de acuerdo a las condiciones concretas.

Esto ya lo dijimos y faltaría una evaluación del desarrollo de la experiencia  histórica de la construcción del socialismo, lo que de ninguna manera desmerece su vigencia como alternativa social para la humanidad, dado que las condiciones de explotación y opresión continúan.

La internacionalización del capital ha hecho que las luchas obreras asuman condiciones internacionales, pero aún no se presentan condiciones para una lucha mancomunada como lo planteó la Internacional Comunista. El proceso de mundialización amplía más bien el espectro de reserva, afecta más a la soberanía de los países planteando la posibilidad de la extensión de la lucha proletaria-democrática a la lucha patriótica.

En el Perú la recepción de la teoría ha cambiado en la aplicación práctica. Corresponde a José Carlos Mariátegui su teorización pero no en la forma dogmática si no práctica, como es el marxismo, como un instrumento para dar salida concreta a los problemas del país. Tampoco había necesidad de grandes polémicas de teoría general. Sus opositores eventuales no merecían sus "reproches" esperando a que "aclaren y precisen sus reservas al materialismo histórico" (l929, diciembre 10, Mundial).

VIGENCIA DE LOS PRINCIPIOS CONTENIDOS EN EL MANIFIESTO COMUNISTA

El capitalismo es un sistema mundial. Podríamos decir que es uno solo por su integración creciente y el juego de la bolsa de valores, pese a la existencia de bloques comerciales, transnacionales y grupos monopólicos. Pero necesita una fuerza política y militar que garantice su dominio. Esa fuerza es la OTAN y otras alianzas estratégicas, y responde a intereses del Estado-nación imperialista.

Las leyes del funcionamiento del capitalismo fueron esbozadas en el Manifiesto Comunista y desarrolladas en El Capital y otros trabajos que mantienen plena vigencia. Las crisis siguen preparando su derrumbe, y el antagonismo entre las clases no ha desaparecido. La clase obrera la constituyen también millones de desocupados, el ejército de reserva que ya no tiene cómo ubicarse.

Pese al desarrollo tecnológico los obreros siguen siendo los creadores del valor. Es cierto que el concepto se ha ampliado por la tecnificación pero el desarrollo de las fuerzas productivas corresponde no sólo a las máquinas, trabajo muerto, sino a los productores, sean ingenieros y técnicos. De allí la importancia de desarrollar aún más la labor consciente y educativa, es decir la labor ideológica y teórica.

Además, cuando decimos que el sistema es uno solo a nivel mundial, incluimos en él a las poblaciones de Africa, a los indígenas de los Andes y de América Latina, a los subocupados de Asia y marginados de todo el mundo. Pese a que la sociedad produce cada vez más, el pensamiento esbozado en el Manifiesto Comunista mantiene vigencia.

La sociedad ya no puede vivir bajo su dominación; lo que equivale a decir que la existencia de la burguesía es, en lo sucesivo, incompatible con la de la sociedad.

CONCLUSIÓN

El socialismo sigue siendo la alternativa de la humanidad. El fantasma del comunismo seguirá amenazando porque continúan las condiciones que lo generan. La necesidad del proletariado de "elevarse como clase dominante", enriquecida con la experiencia de la Comuna de París y las otras experiencias, es urgente. Por cierto que las condiciones de cada país son diferentes. La elevación del proletariado a clase dominante "es la conquista de la democracia".

Con Engels decimos:  el "Manifiesto es un documento histórico que ya no tenemos derecho a modificar".

La consigna que nos une, en afirmación de la plena vigencia de los principios del Manifiesto Comunista, sigue siendo una voz de orden:

!PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS!



Delegación del Partido Comunista del Perú (Patria Roja)
Julio de l998.

No hay comentarios:

Publicar un comentario